lunes, 19 de mayo de 2014

Ser bueno y parecerlo

Al igual que nos preocupamos de nuestra imagen como persona, también es importante la imagen de una empresa. La imagen de una empresa, entendiendo ésta como el conjunto de representaciones mentales que surgen en el espíritu del público ante la invocación de una empresa o institución; representaciones tanto afectivas como racionales, que un individuo o grupo de individuos asocian a una empresa como resultado neto de las experiencias, creencias, actitudes sentimientos e informaciones de dicho grupo asociados a la empresa en cuestión (Sanz de la Tajada), es un activo intangible muy importante, pues sirve para diferenciar a la empresa, lo que puede suponer una gran ventaja competitiva.

Una imagen obsoleta puede llevar a pensar que la empresa también lo está, y esto puede generar desconfianza en el cliente: puede creer que lo que va a encontrar en dicha empresa está desactualizado o que no va a cubrir sus necesidades de la mejor forma.




Por ello, son numerosas las empresas que se están adaptando a los tiempos que corren cambiando su imagen, tanto la identidad corporativa (cada día encontramos más empresas green), como la identidad visual corporativa, lo que supondría un cambio en el logo, por ejemplo. Repsol es una de las empresas que ha ido cambiando con el paso del tiempo, porque ¿puede haber algo peor que una percepción errónea de la marca por el cliente? 

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