jueves, 20 de marzo de 2014

Y a ti, ¿qué se te pasa por la cabeza?

"Si te digo REPSOL, ¿qué es lo primero que se te pasa por la cabeza?" ha sido nuestra pregunta estrella en estos últimos días. Y si nosotras hemos sido repetidas, más lo han sido las respuestas: gasolina, gasolina, guía, gasolina, butano, motos, gasolina, gafas de sol (¿hola? ¿hay alguien ahí?), gasolinera, gasolina, gasolina,  energía... y así hasta 85 personas. Como se puede observar, el posicionamiento de esta empresa coincide en la mayoría de los encuestados (el 61.18% contestó gasolina). Sin embargo, la cartera de productos de Repsol es mucho más amplia: desde la conocida guía Repsol, hasta estaciones de servicio, pasando por líquido de frenos o anticongelante.




Vale, te creo... pero, ¿qué es el posicionamiento?

El posicionamiento es el lugar que ocupa el producto o la marca en la mente de los consumidores, en relación con los productos de los competidores. Por tanto, hablar de posicionamiento es hablar de percepción.  

Lo ideal aquí sería que el cliente no sólo pensara en una línea de productos de la marca (la gasolina en este caso), sino en la cartera de productos en su conjunto. Es lógico, ¿no? Sacar nuevos productos supone un coste para la empresa, y por ello querríamos que todos fuesen reconocidos y recordados por los consumidores. Pero ¿qué podemos hacer para cambiar esa percepción?


Si lo que queremos es cambiar el posicionamiento de la marca habrá que volver a posicionarla; reposicionarla. No obstante, hacer un reposicionamiento requiere una gran inversión (piénsese por ejemplo en los costes en publicidad o promoción de ventas) que no siempre va a compensar. Además, si hay algo que nunca falla en esta vida es el refranero español... y el que mucho abarca, poco aprieta. 

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