¿Sabías que existe un museo de productos fracasados?
¿Alguien iría a McDonalds a pedirse unos espaguetis? ¿Os comeríais algún alimento de colgate? Hmmmm... raro, raro. Si los clientes no terminan de aceptar un nuevo producto, éste habrá fracasado y acabará siendo eliminado.
Imaginemos que Repsol ahora decide hacer una línea de bebidas energéticas para evitar el cansancio de los conductores mientras están en carretera. Creo que más de uno (y yo entre ellos) desconfiaría de lo que nos están vendiendo: "Hola, ¿me da una petrocola?". Casi que no... mejor las bebidas de toda la vida.
Es importante no volverse loco al lanzar un nuevo producto. Cada empresa tiene que ser consciente de lo que ofrece, y seguir más o menos en la misma línea. ¿Bic haciendo ropa interior de usar y tirar? ¿Cosmopolitan haciendo yogures? Lo peor es que no estoy de broma.
No obstante, no es el único motivo que puede llevar al fracaso: el formato, el sabor, el nombre, etc. también pueden hacer que nuestro nuevo producto sea un auténtico desastre, digno de estar entre los más de 100.000 que ya se encuentran en los estantes del Museo de los Productos Fracasados (Michigan, Estados Unidos).
Podéis ver más productos fracasados aquí.
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