¿Por qué compramos? Aunque podáis pensar que son las
empresas las que nos comen la cabeza para hacernos gastar, realmente no es así.
Somos los consumidores los que tenemos una necesidad, y a su vez, los que
consideramos que con la adquisición de un determinado producto podemos cubrirla.
El proceso de decisión de compra comienza precisamente cuando se reconoce dicha
necesidad, la cual requerirá de motivación para poder ser reconocida.
La motivación es, tal y como extraemos del diccionario de la
Real Academia Española, el "ensayo
mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con
interés y diligencia".
Abraham Maslow formuló en
1934 una teoría sobre la motivación centrada en la pirámide de Maslow, en la que
se define una jerarquía de las necesidades humanas, según la cual a medida que
los individuos van satisfaciendo las necesidades más básicas (las de tipo
fisiológico), van apareciendo otras de rango superior (de seguridad,
afiliación, reconocimiento y autorrealización, por ese orden).
(En la imagen de la
izquierda, la pirámide de Maslow. A la derecha nuestra propuesta para actualizarla).
En este caso, Repsol está utilizando una estrategia de posicionamiento por disociación con la clase de producto, donde destaca el 100% de rendimiento que se adquiere con el repostaje de este carburante, atributo que el resto de marcas no proporcionan.
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