No es difícil imaginar una estación de servicio sucia, con olor a gasolina, surtidores antiguos y llenos de grasa, mangueras que dan un poco de grima sujetar y por supuesto aquellos dependientes detrás de un cristal a los que no les han enseñado cómo sonreír…
Repsol ha buscado y ha sabido encontrar una imagen de calidad, consiguiendo que sus clientes piensen en una de sus gasolineras como un sitio limpio, moderno y agradable, reforzando su imagen y a la vez la confianza de los consumidores en sus estaciones de servicio, llegando al concepto de calidad en su máxima expresión.
Para ello, la red de gasolineras española mejor valorada ha tenido que confiar el diseño de sus estaciones al arquitecto inglés Norman Foster, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009, quien diseñó un nuevo concepto de gasolineras con el objetivo de conseguir una imagen moderna y renovada, reflejando la identidad de la marca Repsol los colores rojo, naranja y blanco. Según el proyecto de Norman Foster, buscaban materiales asequibles, fáciles de transportar y montar, asegurando unos estándares de calidad propios para la marca. Se inspiró en “paraguas” con diferentes alturas y colores, distribuidas de forma que se evitara la entrada de sol y de agua de lluvia.
A diferencia de que podemos pensar, existen más gasolineras alrededor del mundo que también buscan una imagen diferente. Podéis ver más ejemplos pinchando aquí.
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