martes, 1 de abril de 2014

El Dr. House nos vende la moto

Qué coraje da cuando estás viendo una serie o una película y en la parte más interesante sale un "volvemos en 7 minutos", ¿eh? (sí, ya... siete...). Pero bueno, dentro de lo malo, no es lo peor. Al menos sabes de forma aproximada cuánto va a durar la publicidad. El problema está cuando no te avisan de nada. Ahí ya sabes que va para largo.

Como muchos de nosotros tendemos a cambiar de canal, ir al baño, prepararnos la cena o incluso redactar la tesis doctoral completa en ese intervalo de tiempo, los mensajes que las empresas quieren transmitir no llegan a todos los receptores esperados. Por eso algunas de ellas optan por otra forma alternativa de la publicidad: el product placement o emplazamiento de productos. Esto consiste en mostrar la marca en la película o la serie, y en función del tiempo que ésta aparezca en pantalla, se pagará a los productores. Y así, como el que no quiere la cosa y sin que nos demos cuenta, se meten en nuestra cabecita. Además, inconscientemente confiamos más en ese producto si lo están consumiendo o usando Walter White, Sheldon Cooper o Ted Mosby, que si nos lo intenta vender alguien que no tenemos ni idea de quién es.

Hemos encontrado un ejemplo en la famosa serie House, donde el protagonista muestra su nueva moto: una Honda CBR 1000 RR Fireblade, es decir, la que utilizaban los pilotos del equipo Repsol cuando se rodó el capítulo. Esta aparición en la serie favoreció a la petrolera en su expansión por Norteamérica e incrementó las ventas de la línea Repsol Moto a una tasa promedio del 110% anual.

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