La Real Academia Española define el concepto de publicidad como “aquella divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.”
Sin embargo, permítanme decirles, sin querer ser presuntuosa, que conforme va avanzado el curso vamos aprendiendo más y más en la asignatura de Dirección Comercial sobre todo lo que rodea a una empresa en su relación con el exterior. Por ello, podemos afirmar que la publicidad no es solo eso. La publicidad va más allá de la simple “divulgación de una noticia”, la publicidad va más allá de los anuncios de juguetes y colonias en Navidad, va mucho más lejos de una señora poco favorecida cantando con la mandíbula desencajada en época de turrones, junto a un señor con más pelo que Jordi Hurtado haciendo famoso un “nanana” en una placita navideña como la de los Simpson pero con cinco dedos.
Entre las características de la publicidad podemos encontrar:
1. Instrumento de promoción que trata de informar, persuadir y recordar
1. Instrumento de promoción que trata de informar, persuadir y recordar
2. Forma de comunicación unilateral, impersonal y masiva
3. Emisor identificado que controla el mensaje
4. Anuncio pagado por el emisor
5. Dirigida a un público objetivo
Y cuyo fin último es estimular a la demanda. Así, dentro del mensaje publicitario es muy importante tener en cuenta el qué se dice y cómo se apela al destinatario; forma racional, emocional o ambas.
Finalmente, queremos dar una imagen al público de nuestra empresa, los valores que seguimos, qué marca nuestra orientación empresarial, qué estándares portamos como bandera en nuestra organización. Es por ello que cada vez son más las empresas que buscan un famoso para resumir su identidad en una persona y que cuando se piense en tal o cuál famoso, se piense en nuestra marca. Y eso, justo eso se lo que se paga con cifras que les marearían.
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